Virus y explotación animal
Mientras sigamos comiendo animales, el riesgo a la posible transmisión de una parte importante de las enfermedades zoonóticas seguirá estando presente y no sólo por el consumo de su carne sino por el contacto directo con los animales entre los productores, vendedores y cazadores. Las grandes concentraciones de animales favorecen la transmisión y en algunos casos la recombinación genética que produzca cepas capaces de afectar a humanos. Imagen de la BBC en China, obtenida por un visitante del mercado Un virus desconocido hasta ahora ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias y a la comunidad científica, el nCoV-2019, también bautizado como coronavirus de Wuhan [1][2] por ser ésta la población de China dónde se ha detectado el primer brote en personas. Su comportamiento y patogenicidad recuerdan a otro pariente suyo, el coronavirus del Síndrome agudo respiratorio grave (SARS CoV) [3][4] que apareció también en China en 2002 y que provocó la afección de 8.437 personas y 81