El valor de la etología para una buena relación con nuestra familia peluda
Para que el vínculo, entre los miembros humanos de la familia y sus parientes caninos o felinos, se desarrolle de forma sana y se fortalezca con la vida en común, no basta con la empatía innata que se despierta en nosotros cuando decidimos incluir a animales de compañía en nuestro proyecto de una buena parte de nuestra vida. Aprender a interpretar correctamente sus emociones y su comportamiento nos proporcionará las herramientas necesarias para que la relación sea lo suficiente satisfactoria como para compensar con creces la responsabilidad que asumimos con ellos. Pero como en el caso de la relación paterno-filial, la primera vez llegamos a esta situación desprovistos del conocimiento y las claves suficientes para afrontar con éxito los pequeños y grandes retos que suponen su educación, la solución de problemas de comportamiento que dificultan la buena relación, o la aparición de conductas patológicas graves que pueden acabar con la ruptura del vínculo, con consecuencias a veces muy